Las ilusiones duelen y lastiman.
Soñamos y nos imaginamos un mundo perfecto, donde ÉL nos dice te amo, ÉL nos
llama todas las noches, ÉL nos dice las cosas más dulces y tiernas, ÉL nos da
los mejores besos y abrazos, donde ÉL es nuestro príncipe azul, el que siempre
quisimos. Pero luego, esas ilusiones se derrumban, y con ellas ese mundo
perfecto que habíamos imaginado. Es triste saber que los sueños nunca se hacen
realidad y que solo son falsas esperanzas.